Japón (7) Isla de Miyajima
Como una bala en distintos trenes y un ferry perfectamente encadenados, y con puntualidad japonesa, hemos llegado a Miyajima, una isla cuyo protagonista es una de las imágenes de #Japón: el Torii en el agua Del Mar, el único “sumergido”, y del que ya llevan 8 “recambios” ya que como es lógico, se va echando a perder… las mareas cambian a diario, así que en el mismo día aparece sobre el agua o cuando baja, puedes andar a su alrededor.
Así lo hemos visto a la llegada, con la arena a los pies y los miles de monedas en el agua y pegadas a la base del Torii que la gente echa en todo lo que sea templo, santuario, buda, figura… mientras que ahora, ya casi de noche, ya está la marea alta del todo, y el con los pies bajo el mar. La verdad que llama la atención semejante estructura, enorme, lejos de la orilla. El templo que vigila está enfrente, todo rojo y lleno, como siempre, de tablillas llenas de oraciones, deseos y peticiones. Cuando la marea está baja, una o dos veces al día, según pille, puedes acercarte a su base, tocarlo y ver la cantidad de monedas a sus pies. Suponemos que tendrán algún sistema de recogida, porque si no, aparte de un desperdicio, el mar no lo debe agradecer ni un poquito…
Pero no es todo el Torii lo destacado de la isla… los ciervos también campan aquí a sus anchas, simpáticos y tranquilos, y buscando cualquier cosa que suene a comida en los bolsos de los paseantes… son tan amigables, que incluso vimos a una mujer de una tienda como llamaba a uno, le repetía varias veces algo, y el ciervo, como un perrito, le daba la pata para ganarse su premio comestible!!!!
Pero sin duda y ante nuestra sorpresa, el templo Daisen, en la montaña sagrada nos ha sorprendido muy gratamente. Vas subiendo casi trepando por escaleras y recovecos en la montaña, y cada rincón resulta más curioso, al margen de las imponentes vistas que ofrece al mar, a la montaña, y por supuesto, al Torii.
Creo que aquí se encuentra la mayor cantidad de “budas” del mundo, es realmente impresionante las colecciones de los más diversas que hay, de todo tipo, tamaños y formas… Los más divertidos sin duda, que despiertan más de una sonrisa son los cientos de piedra al aire libre, cada uno con sus gorritos de lana para que no se enfríen ?
El punto curioso lo ha puesto el saber que ha pasado por aquí alguien de Zaragoza (los que conozcáis la famosa cinta de la medida del Pilar, entenderéis la foto!!).
El pueblo en si, es muy pequeño, todo callecitas estrechas, casas bajitas, de madera, mucha tienda de souvenirs frente al Torii y tiendas de dulces típicos, ostras y comidas varias. Hoy había muchísima gente, Japoneses la gran mayoría, supongo que ser domingo y salir buen dia tiene mucho que ver, pero a media tarde se ha notado muchísimo la bajada de gente y ahora, ni un alma… paz absoluta!!!! Es de estos lugares que tienen algo…
En breves a cenar, y mientras, contemplando el Torii iluminado, ya totalmente en el agua desde la vista privilegiada de la ventana de nuestra habitación en el Rioksan…
Aquí se suele venir en el día, pero creo que merece la pena quedarse a pasar noche. A las 4 se ha empezado a ir todo el mundo en los ferry’s, y la caída del sol estaba de lo más tranquilo. La noche se antoja muy especial, en este lugar sagrado!!!