Fayetteville, Carolina del Norte, un día de agosto de 1990.
Era el primer año de prácticas de estudiantes de veterinaria en USA y allí me había ido yo a aprovecharlo. Vivía en un apartamento encima de una de las clínicas del veterinario con el que estaba (el Dr. Garrett, ¡¡qué recuerdos!!) y visualizo perfectamente el momento en que uno de los sábados que estaba en casa con el noviete que me eché allí, los ojos se me abrieron como platos.
Bobby era hijo de militar de grado y aunque no pertenecía propiamente al ejército, estudiaba informática y estaba muy vinculado con la importante Base aérea de allí, donde pasaba mucho tiempo y sabía mucho de sus «tripas». Hablando de nuestras cosas, viendo una carta que estaba escribiendo a mis padres (de las que se escribían a mano, de sobre y sellos) me explicó que la US ARMY usaba un sistema de comunicación interno, instantáneo y directo por ordenador, que él ya lo había probado y era increíble, y que se estaba desarrollando para que fuera para todos…
– Ya verás, Hellen – me decía – vamos a poder hablar tú y yo por el ordenador, como ahora, pero sin vernos, aunque tú estés en España y yo aquí, pero a la vez, sin cartas, sin esperas, sin teléfonos… ¿¿No es una pasada? Y además, no sólo eso, sino que TODO va a estar accesible. Mira, con lo que nos gusta leer a los dos, ¿¿te imaginas que sin salir de tu casa puedas acceder a un libro de la biblioteca de Nueva York y leerlo sentada en tu silla?? Pues eso va a ser posible, ¡¡¡está ya en marcha!!! – Y yo no cabía en mi ser de la emoción de pensar que algo tan increíble pudiera ser verdad para los «mortales».
Este fue mi primer contacto y conocimiento de «internet». Me marcó, estuve muy al tanto y por eso empecé tan pronto. Probablemente la mía fue de las primeras casas particulares donde había uno de esos módems que funcionaban a patadas, aunque mis padres no entendían qué narices podía hacer tanto rato entusiasmada detrás de una pantalla.
Hace mucho que ya es real, de hecho, aquí estamos todos como si nada, pero este artículo con Recopilación de Bibliotecas y Museos que han abierto sus obras online, me ha devuelto por un momento a mis 22 años y el descubrimiento de lo que hoy es mi día a día . Parece mucho tiempo, pero realmente no es tanto para lo increíblemente rápido que han ido las cosas en el este terreno tecnológico.
En fin, romanticismos y batallitas de abuelo cebolleta aparte… espero que lo disfrutéis tanto como yo.
http://www.xataka.com/otros/46-museos-y-bibliotecas-que-han-digitalizado-todo-su-conocimiento-humano